El pasado miércoles se llevó a cabo en la librería ARS de Zaragoza la charla "El papel de la Palabra de Dios en la Iglesia Sinodal", a cargo de D. Pedro Fraile, Doctor en Teología Bíblica. Esta actividad marca el inicio de la Agenda Cultural para este nuevo curso. El Prof. Pepe Alegre, profesor de Moral Fundamental y Social, introdujo al ponente y el tema, invitándonos a caminar en este Sínodo con paciencia, desde el Concilio Vaticano II.
El ponente establece tres puntos de desarrollo:
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La Dei Verbum. Constitución Dogmática de la Palabra de Dios
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La Iglesia y la Palabra en un mundo cambiante
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Propuestas para escuchar la llamada
1-Tras una exposición de la evolución de las diferentes ediciones de la Biblia, Nácar Colunga, Biblia de Jerusalén, Biblia de Luis Alonso Schökel, y otras de carácter más pastoral, se apunta la importancia, de que todas contribuyeron a la gran expansión del Concilio Vaticano II y a la gran difusión de la Palabra de Dios.
El Concilio aporta la idea de la veneración de las escrituras al igual que el cuerpo del Señor. El pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía, la idea de dos mesas de panes, dos alimentos imprescindibles para la espiritualidad del hombre.
El Concilio incide en la base de la Teología en la Palabra de Dios. Para ver la Teología en la Soteriología, en la Salvación, buscar el papel del cristiano en su salvación gracias a su revelación, gracias a su mediación y a su plenitud. Estos temas se recogen en la constitución Dei Verbum.
2-Dentro de estos movimientos temporales de promulgación de la Palabra de Dios, aparece la interpretación de la Biblia en la vida de la iglesia, se comenzó a estudiar la Biblia desde un punto de vista diacrónico, desde la historia, las fuentes, el género literario…estudios muy necesarios.
Aunque parece que el texto bíblico no da para más, aparece la exegesis Bíblica, la interpretación, que impacta en todos nosotros.
Un texto del papa Francisco, nos da una nueva perspectiva al hablar de la Palabra de Dios por la Encarnación y desde aquí la construye. La idea que lanza el Papa Francisco es que la fe cristiana no es una religión de libro, es la religión de Jesucristo en la Palabra Encarnada.
3-Dentro de la búsqueda de propuestas, debemos tener una mirada crítica:
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La Biblia tiene un relato histórico… ¿hemos perdido el relato histórico? ¿las últimas generaciones lo conocen?
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Nadie busca el equilibrio del cuerpo, la mente y el espíritu, en la fe, en la Iglesia, nos ha ganado la partida los coaching, mindfulness…
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Hay gente que se refugia en el pasado, en normas religiosas pasadas, no se sabe lo que es mejor…
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Pero la Palabra de Dios habla en la historia, en nuestra historia y en los acontecimientos (mayo francés 1968, caída del muro 1998, torres gemelas 2001, pandemia 2022) de todos los tiempos.
Dios habla, debemos Evangelizar desde la Palabra de Dios.
Pero el concepto de Evangelización también ha cambiado con los tiempos. En los años 70/80 surge la Teología de la Liberación, la teología no se entendía sin un compromiso real y total con los más pobres, los más necesitados.
Pasan los años y aparecen movimientos comprometidos, que parten del Kerigma y que quieren cambiar el mundo. Se crean dos puntos de evangelización: evangelizar a los pobres (Teología de la Liberación) y seguidores del kerigma (movimiento Neocatecumenal). No hay evangelización sino ponemos en el centro la Palabra de Dios.
Propuestas y Conclusión
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Somos una Iglesia esperanzada. Creemos que la última palabra es de Dios.“algo nuevo está surgiendo. No lo notáis” Is 43, 18
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Somos iglesia discípula. Debemos volver a Jesús, nuestra fe cristiana es personal, se escucha, se siente…
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Es una Palabra para discernir. Hay textos duros acerca de la palabra, Hb 4, 12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu ...”.
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Tiene la capacidad de cuestionar nuestras vidas en cualquier momento
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“La fe se expresa en un relato y el relato es tremendamente humano”, termina diciendo el Prof. Alegre.
Firma:
Gema López-Menchero de la parroquia de San Miguel