La Generación Y está en vías de extinción. La generación que viene, la de los actuales adolescentes, ya no pertenece a la de la Generación Y, sino a la Generación Z. Al menos, eso aseguran algunos sociólogos y teóricos de la educación. No se ha hecho eco de esta distinción José María Bautista en el libro Generación Y. ¿Cómo son los hijos y alumnos del siglo XXI?, un texto dirigido a padres y educadores para convencerles de que sus vástagos y discípulos sí que piensan, pero de una manera radicalmente distinta a la suya. Y es que los conceptos y las etiquetas con que nos referimos a la realidad también están sometidas a la dictadura de la aceleración.
Escrito con un estilo fresco y desenfadado, el autor trata de emular la forma mentis de la Generación Y con el fin de familiarizar al lector con su universo mental. Un sinfín de palabras que hace veinte años no estaban en el diccionario, o ni siquiera circulaban en el lenguaje corriente, saltan por las páginas del libro: gamificada, hipertextual, multitasking, transracional, etc. Estos términos definen a una generación que piensa, percibe y actúa de una manera distinta a sus mayores.
El libro ofrece un retrato fidedigno de una generación “incomprendida” que genera interrogantes en las precedentes: ¿qué va a ser de estos jóvenes permanentemente conectados, incapaces de leer un libro de trescientas páginas? Pero al mismo tiempo propone una serie de pautas educativas que quedan perfectamente resumidas en la introducción:
- Ante la generación Twitter: no hables más de tres minutos.
- Ante la generación google: no hables, hazles buscar, investigar, pensar.
- Ante la generación multitasking: fomenta el mindfulness desde su mente abierta y alerta.
- Ante la generación hiperactiva: no dejes que se sienten.
- Ante la generación hipertextual: salta de un enlace a otro, de una perspectiva a otra, no seas unidimensional.
- Ante la generación de las redes sociales: hazles aprender en grupo.
Ante la perplejidad, lectura, añadiríamos nosotros.