HAY VIDAS QUE NOS INTRIGAN
Como la del trapense André Louf, a quien quizá hemos leído, o dejado interpelar por sus penetrantes e inteligentes sugerencias para adentrarse por el sendero de la vida verdadera. Este monje, elegido abad de su monasterio con solo treinta y tres años, desempeñó este ministerio durante casi cincuenta años, y al final de sus días, se retiró a una pequeña ermita. Nos recuerda este viaje interior y exterior al de Merton, y nos preguntamos por la fascinación de la ermita, y también de los eremitorios modernos, que los hay, y que nos siguen llamando a habitarlos, en soledad y silencio.
Ahora Sígueme reedita su extraordinaria "Iniciación a la Vida Espiritual", y nos alegra esta nueva oportunidad de leerle.
¡Feliz lectura!