Entrevista a Cristina Inogés Sanz, teóloga. Autora de Viacrucis de la Misericordia

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Entrevista a Cristina Inogés Sanz, teóloga. Autora de Viacrucis de la Misericordia

Cristina Inogés Sanz (Zaragoza), teóloga, acaba de publicar en PPC Viacrucis de la Misericordia. Se trata de una original mirada al itinerario de la Pasión que pone en relación las Obras de Misericordia con las Estaciones del Viacrucis. El próximo 23 de febrero, a las 18:00, presentará este original texto en la librería Ars de Logroño, y el 24, a las 19:30, en la de Zaragoza

 

* ¿Quién es Cristina Inogés?

Me considero una mujer en búsqueda, cada vez más enamorada del silencio (bien administrado) que resulta imprescindible para meditar en profundidad y avanzar en cualquier búsqueda.

Me siento una mezcla entre las beguinas medievales, con esa espiritualidad tan innovadora para su época y tan actual, aunque parezca difícil de entender por la lejanía en el tiempo, y, Caritas Pirckheimer, una abadesa del siglo XVI, figura poco conocida pero que hoy podría ser todo un referente en temas de portada de cualquier revista de actualidad como el ecumenismo, las relaciones Iglesia-Estado, la libertad religiosa, el poder-servicio en la Iglesia. 

Me gustaría poder recuperar ese espíritu tan eclesial que tenían. De ahí mi estado de búsqueda.

 

* ¿Qué te llevó a escribir este texto?

Nace de la lectura de la Bula Misericordiae Vultus. Enseguida vi la cantidad de ideas que Francisco había plasmado en el texto para vivir activamente el Año de la Misericordia. Hay dos frases en la Bula: [...] una nueva etapa en la evangelización de siempre (4) y [...] el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con entusiasmo y una renovada acción pastoral (12) que me llamaron la atención rápidamente. Por eso decidí escribir un Viacrucis que no solo pudiera ser meditado como oración personal o comunitaria, sino que también sirviera como catequesis cuaresmal. 

 

* ¿Tiene vigencia el rezo del Viacrucis hoy?

Sí, sin duda alguna. Esa idea, todavía vigente en parte sobre la religiosidad popular como algo un tanto desfasado, hay que desterrarla o modificarla completamente.

Las diferentes manifestaciones de la religiosidad popular, por la razón que sea, son el único nexo de unión que mucha gente tiene con la fe. Nos gustaría otra realidad, sin embargo es la que hay. Por lo tanto hay que mimar esa religiosidad con esmero porque es como un palillo en una estructura de grandes troncos y vigas. Para hacer que el palillo pase a ramita, de ahí a rama y luego a tronco y viga hay que ir con sumo cuidado. Un paso mal dado, el palillo se rompe y ahí termina todo.

Hay que aprender a mirar en positivo. La religiosidad popular es siempre una posibilidad, nunca un obstáculo en la pastoral.

Lo interesante de rezar el Viacrucis hoy es poder meditar que la pasión de Jesús no solo pasó una vez, es que sigue pasando hoy, la siguen viviendo muchos hermanos nuestros.

 

* ¿Por qué relacionar las Estaciones del Viacrucis con las Obras de Misericordia?

Primero porque celebrar el Año de la Misericordia 'casi' lo exigía. Y en segundo lugar porque la idea fue que quien tuviera el texto en sus manos se encontrara con una llamada a la curiosidad de poder meditar de otra forma, y, que esa renovada acción pastoral de la que habla Francisco en la Bula, también debe darse en el lenguaje que habitualmente empleamos en la Iglesia, y ver que es posible ofrecer meditaciones que enlazan y relacionan algunas citas bíblicas y las Obras de Misericordia aparentemente opuestas.

 

* Has colaborado durante años con la Facultad de Teología de Gotinga (Alemania). ¿En qué consistía tu colaboración?

Estudié en la Facultad de Teología Protestante de Madrid, SEUT. Debo decir que fue una experiencia, como católica, muy enriquecedora a todos los niveles y que aunque no entendamos en su momento la razón por la suceden ciertos acontecimientos en nuestra vida, al final Dios sabe muy bien por donde nos lleva. 

La Facultad de Teología de Gotinga ofrecía a profesores y a algunos alumnos la posibilidad de colaborar en la sección www.predigten.uni-goettingen.de con textos que sirvieran de base para preparar los sermones dominicales. Participé durante diez años y me sentí una privilegiada al poder vivir ecumenismo activo en primera linea.

De igual modo he colaborado con algunos artículos en la Revista Aragonesa de Teología; he impartido algunas conferencias en Acción Social Católica y en el Ciclo de Formación de Adultos de la parroquia Santa Rafaela María; en un encuentro sobre Thomas Merton en esta librería; y en varias Jornadas del Centro de Estudios de la Orden del Santo Sepulcro, todo ello en Zaragoza. También he participado en algunos congresos de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España.

 

* De no haber vivido en esta época, ¿en qué otro momento de la historia de la Iglesia te hubiera gustado vivir?

Casi he respondido en la primera pregunta. Me hubiera gustado vivir en la Edad Media donde, por extraño que parezca, la mujer tenía mucha libertad. Es verdad que todos conocemos casos de mujeres y varones que acabaron quemados en la hoguera, pero no debemos olvidar que también quema el hielo de la indiferencia. Y en la Edad Media, tan pasional ella, no había indiferencia. Todo se vivía a borbotones; también la libertad.

De hecho, parte de esta libertad en las mujeres se puede verificar incluso por vía civil en registros notariales, y, en la Iglesia a través de la gran cantidad de correspondencia que algunas mujeres mantenían con abades, obispos, cardenales, e incluso Papas. Hildegarda de Bingen y Santa Catalina de Siena, ambas Santas y Doctoras de la Iglesia, son una prueba de ello. Y no siempre las cartas eran sobre temas sencillos o agradables. Sin embargo había feedback en la relación epistolar y sin necesidad de e-mail, ni facebook, ni twitter...

* ¿Qué te gustaría hacer que no hayas hecho? 

Me gustaría poder ser amiga de Thomas Merton e intercambiar cartas. Ya no puede ser. Una lástima.