LA CODICIA, de Anselm Grün.
"Cicerón menciona la avaricia juntamente con la ambición y el donjuanismo, y la designa como enfermedad del alma. Séneca condena la avaricia, porque quita al hombre la paz interior. Considera como un signo de debilidad que el hombre no maneje bien sus pertenencias. Para ese buen manejo de la propiedad se necesita la libertad interior. Así pues, el dominio sobre la avaricia tiene siempre como última finalidad la libertad y la tranquilidad interiores".