Oyentes de la Palabra

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Oyentes de la Palabra

Las Librerías ARS para celebrar el “Mes de la Biblia” ofrecemos la temática “Oyentes de la Palabra”. Los cristianos de España y los de habla hispana de América Latina celebran en septiembre el mes de la Biblia, que tiene un profundo sentido ecuménico. Para los católicos, el 30 de septiembre se hace memoria de San Jerónimo, cuya traducción de la Biblia de las lenguas originales al latín (la Vulgata latina) fue durante siglos el texto bíblico oficial. Para los cristianos evangélicos de habla hispana, en septiembre se conmemora la primera impresión de una Biblia completa en castellano, publicada en 1569 en Basilea por Casiodoro de Reina y conocida como “Biblia del Oso” por la ilustración de su portada; en el siglo XVII esta traducción sería revisada por Cipriano de Valera, y es la conocida como Biblia de Reina-Valera, el texto bíblico más utilizado por los cristianos evangélicos y protestantes de habla hispana. Las librerías ARS nos sumamos, por tanto, a una celebración amplísima en el mundo hispano (comunidades cristianas, asociaciones bíblicas, centros de estudio, editoriales…) y de carácter ecuménico, que busca contribuir a que la Palabra de Dios sea conocida y acogida por los hombres y mujeres de hoy.

Para orientar el sentido de la propuesta, en el inicio de esta nueva temática, nos referimos a la Carta Apostólica de S.S. Francisco “Aperuit Illis. Les abrió entendimiento” (Roma, 30 de septiembre de 2019), con la que, en respuesta a las peticiones del pueblo de Dios, se instituyó el Domingo de la Palabra de Dios, que se celebra el III Domingo del Tiempo Ordinario. La invitación es la de «un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios, para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo» (Carta ap. Misericordia et misera, 7). En el nº 2. de la Carta Apostólica el Papa con profundidad nos acerca al Tesoro de la Palabra de Dios:

 

«Dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable. En este sentido, me vienen a la memoria las enseñanzas de san Efrén: “¿Quién es capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le plazca. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrar su reflexión” (Comentarios sobre el Diatésaron, 1,18)».

 

El pontífice nos recuerda en el siguiente párrafo:

«el Concilio Ecuménico Vaticano II dio un gran impulso al redescubrimiento de la Palabra de Dios con la Constitución dogmática Dei Verbum. En aquellas páginas, que siempre merecen ser meditadas y vividas, emerge claramente la naturaleza de la Sagrada Escritura, su transmisión de generación en generación (cap. II), su inspiración divina (cap. III) que abarca el Antiguo y el Nuevo Testamento (capítulos IV y V) y su importancia para la vida de la Iglesia (cap. VI). Para aumentar esa enseñanza, Benedicto XVI convocó en el año 2008 una Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre el tema “La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia”, publicando a continuación la Exhortación apostólica Verbum Domini, que constituye una enseñanza fundamental para nuestras comunidades. En este Documento en particular se profundiza el carácter performativo de la Palabra de Dios, especialmente cuando su carácter específicamente sacramental emerge en la acción litúrgica» .

 

¿Un día? ¿Un mes dedicado a la Biblia?

Francisco subraya la importancia, en la vida de nuestro pueblo, de «esta relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe». ¿Un día, un mes…? Francisco con hondura esclarece la invitación:

 

«el día dedicado a la Biblia no ha de ser “una vez al año”, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes. Para esto necesitamos entablar un constante trato de familiaridad con la Sagrada Escritura, si no el corazón queda frío y los ojos permanecen cerrados, afectados como estamos por innumerables formas de ceguera» (Carta Apostólica Aperuit Illis, nº 8)

 

Durante el mes, con la colaboración de autores, de amigos y amigas de las Librerías os ofreceremos propuestas de lectura con el deseo que contribuyan a  familiarizarnos cada vez más con la Sagrada Escritura e ir agudizando nuestro oído. Os ofreceremos una selección de libros, Biblias y propuestas de lecturas en nuestras librerías, en la página web, las redes sociales, en nuestro canal youtube. Invitamos a todas las personas lectoras y amigas a saborear y a ser “Oyentes de la Palabra”. Os deseamos un buen mes, con estas últimas palabras del nº 8 de la Carta Apostólica citada:

 

“Es necesario (…) no olvidar la enseñanza del libro del Apocalipsis, cuando dice que el Señor está a la puerta y llama. Si alguno escucha su voz y le abre, Él entra para cenar juntos (cf. 3,20). Jesucristo llama a nuestra puerta a través de la Sagrada Escritura; si escuchamos y abrimos la puerta de la mente y del corazón, entonces entra en nuestra vida y se queda con nosotros”